A pocas personas les sonarán los pueblos de Valentín, Aledo y Singla..., pero el Señor sí que conoce bien, uno por uno, a todos sus habitantes. Por eso, los seminaristas de la diócesis de Cartagena se han empeñado este verano en llevar la Buena Noticia de Jesucristo a estas pequeñas localidades de la región de Murcia. Porque la nueva evangelización es un proyecto ambicioso que ha de llegar a todos los rincones. Nadie puede quedar apartado de conocer a Dios ni de recuperar la amistad con Él. El Rector del Seminario, don Sebastián Chico, afirma que «esta misión es una respuesta a la propuesta de nueva evangelización que hace el Papa. Se trata de un acercamiento a la gente, desde los niños hasta los más ancianos».

En cada pueblo se establecieron siete seminaristas, que durante estos días realizaron varias actividades encaminadas a anunciar el Evangelio. Uno de ellos, Jesús Sánchez, lo describía así: «Vamos casa por casa, saludamos a las familias e invitamos a todos a las catequesis y actividades que organizamos según las edades, todo muy propositivo, mostrando la belleza del Evangelio».

Jesús confirma que, en realidad, el miedo que invade a un católico que se lanza a evangelizar no es más que un engaño del demonio: «Todos nos han recibido muy bien, los mayores y los jóvenes también. Te das cuenta de que todos están deseando encontrarse con personas que les hablen de Dios. El hambre de Dios está presente en todos».

Con los jóvenes, han organizado actividades deportivas y cine fórum, además de catequesis. Con los matrimonios, cenas en común y alguna película, como Prueba de fuego, que ha dado pie a interesantes debates; también les han ofrecido renovar sus promesas matrimoniales, y han celebrado la consagración de todas las familias del pueblo. Todo ello, con vistas a crear grupos después de la marcha de los seminaristas.

«Hemos venido a despertar una fe que a lo mejor estaba algo cansada», señala Jesús. Por eso, uno de los momentos más importantes de la misión ha sido la Vigilia de Adoración, para la que convocaron a todo el pueblo: «Lo que queríamomos ofrecer es un cara a cara con Jesucristo. Nosotros sólo somos instrumentos de Su gracia; nosotros pasamos, pero el que se queda es el Señor».

 

Fuente Alfa y Omega:  www.alfayomega.es