En la tarde del sábado, tuvimos la suerte de contar en el seminario con la presencia de D. Pascual Saorín, sacerdote de nuestra diócesis que lleva quince años trabajando de misionero, los doce últimos en el Japón.

Tras la comida, los seminaristas menores, pre-seminaristas y seminaristas mayores, hemos mantenido una charla con él, en la que nos ha contado su vocación sacerdotal y misionera y, en la que nos ha exhortado a poner en valor el espíritu misionero del sacerdote diocesano como elemento configurador de nuestra vocación.

También nos ha estado contando cómo es el trabajo de un sacerdote occidental en un país que, como Japón, tiene una cultura tan diferente a la nuestra, y la hermosa experiencia de catequizar a gentes que jamás han oído hablar de Cristo.

Desde la comunidad del seminario, damos gracias a Dios por este testimonio y rogamos para que envíe misioneros a aquellos lugares donde hagan falta.

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