En la tarde de ayer, 24 de abril, llegaba a nuestra Diócesis la triste noticia del fallecimiento del murciano Mons. Francisco Lerma Martínez, Obispo de la diócesis de Gurúè (Mozambique), a los 74 años de edad.

Francisco Lerma nació el 4 de mayo de 1944 en la pedanía murcia de El Palmar, en una familia humilde donde recibió una fuerte fe y aprendió a amar al prójimo. Comenzó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Murcia para después partir a Roma, donde finalizó los estudios superiores. Se licenció en teología dogmática y se doctoró en Misionología. En 1966 ingresó en la Orden religiosa del Instituto de Misiones Consolata, donde hizo profesión religiosa y se ordenó sacerdote en 1969. Tras su ordenación fue destinado como misionero en Mozambique, donde ha permanecido hasta la actualidad.

En marzo de 2010 fue nombrado Obispo de la diócesis mozambiqueña por Benedicto XVI y recibió la ordenación episcopal el 30 de mayo de ese mismo año. La diócesis de Gurúè, de reciente fundación, consta con algo más de un millón de habitantes, de los cuales un 30% son católicos. Una Iglesia que cuenta con cerca de 50 sacerdotes, varias decenas de religiosas y gran número de laicos que desarrollan su labor en una Iglesia a disposición de los más pobres y necesitados, enraizada en la fe, la esperanza y la caridad de Cristo.

Don Francisco, vocación fulgentina, siempre al servicio de los seminarios

Don Francisco Lerma ha estado siempre fuertemente vinculado a nuestro Seminario, tanto al Menor "San José", como al Mayor "San Fulgencio". Cada vez que visitaba Murcia teníamos la oportunidad de celebrar la Eucaristía y tener un encuentro con él. Ha colaborado siempre en nuestra formación de la misma manera que nuestro Seminario y centro de estudios "San Fulgencio" han estado vinculados en la labor de la formación de los seminaristas.

El pasado 12 de febrero, Don Francisco visitaba por última vez nuestro Seminario, la casa que vio nacer su vocación, dónde nos trasmitía la alegría del ministerio sacerdotal y nos invitaba a dar la vida por Cristo y por los demás, con un espíritu siempre misionero.

Pedimos al Señor por el alma de Don Francisco, para que Dios le acoja en su seno y haga brillar sobre él la luz eterna. También pedimos por su familia y por su diócesis de Gurúè, para que Cristo sea su consuelo en estos momentos de dolor. Que su vida, entregada a los demás por medio de su ministerio sea semilla para nuestra Iglesia.

Descanse en paz.