Hoy sábado, 1 de febrero de 2014, ha tenido lugar en el Seminario Mayor San Fulgencio, una Conferencia de Manos Unidas en la que se nos ha expuesto a la comunidad la labor desarrollada por esta organización. La misma, ha corrido a cargo de Doña Marta Martínez, Presidenta de Manos Unidas en la Diócesis de Cartagena, y de Don José Vicente, Misionero Amigoriano. Todo ello, enmarcado en el objetivo del Seminario de conocer las distintas realidades eclesiales existentes.

La exposición ha tenido dos partes. La primera, en la que la Presidenta de la organización nos ha explicado qué es Manos Unidas, y una segunda, en la que, José Vicente nos ha contado su experiencia en Costa de Marfil como Misionero y los proyectos que Manos Unidas impulsa en la zona.

Manos Unidas es la ONG de la Iglesia para conseguir el desarrollo en el tercer mundo. Tuvo su origen en 1955, como resultado de una reunión en Roma de mujeres de Acción Católica de todo el mundo, que elaboraron un manifiesto cuyo lema fue la declaración de la guerra al hambre en el mundo. Posteriormente, la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), decidió involucrar en este proyecto a la sociedad civil, y se encargó de lanzar una campaña a nivel mundial. Es una organización con doble personalidad jurídica, por un lado es una Asociación de la Iglesia, y por otro, es una ONG civil.

La lucha contra el hambre, la pobreza y el subdesarrollo nos concierne a todos como seres humanos, no sólo a los cristianos. El Papa Francisco habló de custodiar al ser humano en su discurso de investidura, y ésta podría ser la labor que mejor definiría la actividad desarrollada por Manos Unidas.

Los objetivos de Manos Unidas, definidos en sus Estatutos, son dos: la sensibilización de la sociedad y la recaudación de fondos para materializar la ayuda necesaria. La Delegación de Murcia cuenta con 19 voluntarios, aunque a nivel estatal, y según datos de 2012, hay más de cinco mil voluntarios, tanto prestando una colaboración estable, como los que lo hacen de un modo esporádico. Tiene más de 2.300 socios, y los ingresos obtenidos en 2013 son de 803.000 €, habiendo estimaciones de un incremento en torno a un 10 % para el año 2014, ya que las cifras no están del todo determinadas al estar siendo objeto de fiscalización del ejercicio anterior. La Presidenta nos ha destacado el carácter solidario de la sociedad, que aún a pesar de estar en crisis, ha aumentado los donativos realizados.

La caridad ha de ejercerse con el prójimo, pero hemos de conseguir que abarque a todos los rincones de la tierra donde haya un ser humano que sufra. Tras 55 años de trabajo, Manos Unidas goza de un gran prestigio en el ámbito internacional, basándose la labor realizada en dos principios, que son la transparencia, para lo que se realizan auditorias anuales públicas, y la austeridad. Aún habiendo 70 Delegaciones existentes en España, sólo un 7 % del presupuesto va destinado a gastos de mantenimiento, por lo que más del 90 % de las cuantías recaudadas llega a los objetivos marcados por Manos Unidas.

Un factor primordial de Manos Unidas es hacer al hombre artífice de su propio desarrollo, por lo que tienen en cuenta las necesidades de los residentes de cada país a la hora de determinar cuáles son los proyectos que se van a emprender. Se hace constar en cada Proyecto lo que aporta quien lo pide, y lo que aporta Manos Unidas, por lo que hay una colaboración mutua. Los Proyectos son evaluados en función del número de destinatarios que se van a beneficiar del mismo, en el respeto al medio ambiente, en que no favorezcan a una facción política determinada, y en que sean viables una vez que Manos Unidas los ha puesto en marcha. Para ello, se elaboran Informes Iniciales, de Seguimiento y Finales, procediéndose a liberar fondos por Continentes y Grupos de Países. En el año 2012 ha puesto en marcha 506 Proyectos en todo el mundo.

José Vicente, por su parte, nos ha mostrado el video promocional de la próxima campaña publicitaria de Manos Unidas, cuyo lema es: “Un mundo nuevo, un proyecto común”, y nos ha explicado que se basa en el octavo de los Objetivos del Milenio “Fomentar una alianza mundial por el desarrollo”.

Su labor como Misionero Amigoriano consiste en la ayuda a los jóvenes con problemas. Pertenece a una Orden de la familia franciscana, con una gran devoción a la Virgen de los Dolores.

La población de Costa de Marfil es eminentemente joven, más del 60 % de la población es menor de 25 años, por lo que su campo de trabajo, es bastante amplio. Atienden a jóvenes maltratados, niños adoptados con problemas, desplazados, niños que son considerados brujos por sus familias… se trata de un colectivo que vive en la calle, que subsiste con la venta ambulante, y que en la mayoría de los casos, si desean seguir estudiando, han de costearse ellos mismos el poder ir a la escuela.

El centro en el que trabaja José Vicente, lleva 17 años prestando sus servicios en colaboración con la Oficina Internacional de Defensa de los Derechos del Niño. Organizan talleres con jóvenes a partir de los 13 años para que aprendan un oficio, y piden el compromiso de algún familiar que se haga cargo del joven cuando finalice su periodo de formación. Los oficios que se enseñan están relacionados con la agricultura, la ganadería, la carpintería, la soldadura… y los ingresos que se obtienen por la venta de los productos fabricados o producidos sirven de ayuda al sustento del propio centro.

Han puesto en marcha también, un centro que sirve de alternativa a los Jueces para enviar a los jóvenes que han cometido alguna actividad que es considerada como delictiva, y que sustituye a la privación de libertad que consiste ingresar en una cárcel. El 72 % de los delitos cometidos por estos jóvenes, son robos de alimentos para poder subsistir.

Tras el periodo de formación en estos centros de tres años de duración, pasan a realizar otros tres de prácticas en los que se les hace un seguimiento. La función de estos Misioneros los fines de semana, está más centrada en las Parroquias, en las Catequesis y en actividades pastorales.

Nos ha mostrado su satisfacción por los resultados obtenidos, ya que el nivel de reinserción de estos jóvenes, está en torno al 70 %.

En el turno de preguntas, respondieron a cuestiones tales como el número de organizaciones que trabajan en Costa de Marfil, la situación política tras la Guerra padecida, y la aceptación de la realidad católica en el País.