Durante los días 12, 13 y 14 de octubre, puente de Nuestra Señora del Pilar, el Seminario Mayor san Fulgencio visitó Cuenca, respondiendo así a una invitación del Seminario Mayor san Julián de esta ciudad, y  en donde fuimos recibidos por nuestros hermanos conquenses. A las puertas de la catedral nos esperaba el obispo de la Diócesis de Cuenca Monseñor don José María Yanguas Sanz, quien tras el recibimiento presidió el rezo de las vísperas e impartió la bendición con el Santísimo en la capilla del Seminario, estando presentes el rector del Seminario Mayor Conciliar de san Julián D. José Antonio Fernández Moreno, formadores y seminaristas mayores.

Durante los tres días fuimos agasajados y acompañados para descubrir algunas de los lugares más hermosos de este rincón castellano-manchego. El viernes día 13 visitamos las localidades de Villaescusa de Haro, Uclés, y Belmonte, pueblo natal del rector del seminario de Cuenca, quien presidió la Eucaristía en la Iglesia parroquial de La Asunción. Durante toda la mañana disfrutamos de distintas visitas guiadas, y pudimos descubrir el gran patrimonio cultural y artístico de estos lugares.

El sábado día 14 visitamos la gran biblioteca del Seminario Conciliar de san Julián, ubicada en la antigua Iglesia de la Merced. Esta preciosa biblioteca cuenta con varias plantas, miles de volúmenes antiguos y varios incunables; también recorrimos el magnífico museo diocesano y posteriormente en la capilla de la Santísima Trinidad de la Catedral conquense celebramos la Eucaristía que  fue presidida por el obispo de la Diócesis, siendo concelebrada por los rectores y los formadores de ambos seminarios.

Estos tres días nos han servido, en palabras de D. José María Yanguas Sanz obispo de Cuenca para “dar un paso más” en la fraternidad que nos une en el mismo camino del seguimiento y entrega a Nuestro Señor Jesucristo, siguiendo los pasos de nuestra Madre la Santísima Virgen María. Tras estos días de gran enriquecimiento volvemos al seminario con el ánimo renovado y unidos en la oración con nuestros hermanos del seminario de Cuenca.

Gracias a todos por vuestra entrega y amabilidad durante nuestro viaje. ¡Ha sido inolvidable! Os llevamos en nuestro corazón y en nuestras oraciones.

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