Surréxit Dóminus vere, allelúia

[p]La tarde del Miércoles Santo los seminaristas: Jerónimo, José Miguel, Nacho, José David y Ángel acompañados por nuestro Rector Don Sebastián Chico partíamos con gran alegría y entusiasmo a la población de Cañada de la Cruz para celebrar la Pascua de Nuestro Señor Jesucristo. No solamente nos encargamos del Triduo Pascual en Cañada de la Cruz, sino que también atendimos con gran alegría la pequeña parroquia del Moral.[/p]

[p]Nuestra vida comunitaria comenzaba en la Iglesia de Cañada con la oración de laudes y la explicación del sentido litúrgico del día. Después nos reuníamos con los niños del pueblo para tener con ellos un rato de explicación y catequesis sobre los días santos y realizamos talleres  sobre la Cruz (Viernes Santo) y la Luz (Vigilia Pascual).[/p]

[p]El Jueves Santo, día profundamente sacerdotal tuvimos el gozo de compartir la comida con el vicario episcopal y los sacerdotes de la zona. Por la tarde celebramos la Cena del Señor con el fervor propio de este día eucarístico y fraternal. Por la noche celebramos una Hora Santa en el Monumento que había preparado la comunidad parroquial.[/p]

[p]El Viernes Santo, participamos en los Oficios de la Muerte del Señor con la adoración de la Cruz y el Vía Crucis por las calles de Cañada de la Cruz.[/p]

[p]Sábado Santo fue una explosión de alegría, cantos  y fiesta en la Vigilia Pascual. La bendición del fuego nuevo en la puerta de la Iglesia, el canto del pregón pascual y los Salmos con la participación cantada de toda la asamblea suscitó en los corazones la alabanza y acción de gracias por la Resurrección del  Señor. Terminada la Vigilia Pascual compartimos chocolate y monas que habían preparado con tanto generosidad la comunidad parroquial.[/p]

[p]Destacamos la gran experiencia de fraternidad y acogida que nos dispensaron los habitantes de estos dos pueblos. Nuestra presencia fue de gran alegría para toda la comunidad. El Seminario está en el corazón de mayores y pequeños. Todos lo sienten como algo propio y en los seminaristas ven la esperanza del clero diocesano.[/p]

[p]Los seminaristas estamos muy agradecidos a Don Lázaro, el párroco de estas dos localidades que con gran generosidad nos abrió las puertas para que pudiéramos vivir la Pascua rural.[/p]

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