[p]Ser feliz es ser de Dios, bajo este lema unos 500 jóvenes de nuestra diócesis se dieron cita durante el pasado fin de semana para celebrar las I Jornada Diocesana de la Juventud.[/p]

[p]El viernes nos dimos cita en la plaza del Cardenal Belluga para dirigirnos portando la Cruz de los jóvenes hasta la Iglesia de Santo Domingo donde celebramos la oración que daba inicio a estas jornadas. El delegado episcopal de juventud, D. Manuel Verdú, enmarcó en su homilía el objetivo de estos días de evangelización recogiendo las palabras del Papa Emérito Benedicto XVI en la carta Porta Fidei invitó a los jóvenes a ser testigos alegres de la fe que han recibido y celebrar esa fe con jóvenes de toda nuestra diócesis.[/p]

[p]La jornada del sábado estuvo dedicada a la Caridad. Tras la oración de la mañana los jóvenes se distribuyeron en grupos por toda la ciudad para ir puerta por puerta anunciando a Cristo pidiendo alimentos para la despensa de Caritas diocesana. Una vez concluida esta actividad nos dimos cita en el Seminario Diocesano para celebrar la Eucaristía presidida por el Rector D. Sebastián Chico. La tarde continuó con distintas actividades: proyección de una película en la filmoteca regional, la final del campeonato diocesano de futbito y en el seminario una tarde vocacional, donde dos seminaristas: Daniel Díaz y Jesús Sánchez, junto con el Rector, intentamos mostrar a los jóvenes con nuestro testimonio vocacional que el Señor sigue llamando a jóvenes para que consagren su vida totalmente a Él en la vida sacerdotal.[/p]

[p]En la plaza de Santo Domingo se fueron sucediendo durante toda la tarde distintas actividades realizadas por diversas realidades eclesiales de nuestra diócesis. A las nueve y media de la noche tuvo lugar uno de los momentos centrales y más emocionantes de todo el encuentro, la actividad “Una luz en la noche”. Se daba inicio a una velada ante Jesús Sacramentado donde más de treinta jóvenes fueron enviados a las calles de Murcia para anunciar que Cristo los amaba y que esa noche les estaba esperando especialmente en la Iglesia de Santo Domingo. Fue una larga vigilia de adoración, testimonios, evangelización y de reconciliación en el sacramento de la penitencia.[/p]

[p]El domingo comenzó en la presencia del Señor con la oración de laudes dirigida por el Seminario y tras ella nuestro obispo D. José Manuel impartió a los jóvenes una catequesis. En su exhortación, nuestro pastor invitó a los jóvenes a que se pongan a la escucha del Señor para poder tener experiencia de Dios, a través de la oración, los sacramentos, el compromiso,… y que se sintieran miembros implicados en la misión de la Iglesia, en el anuncio de Cristo allí donde ellos están presentes. Concluida la catequesis tuvo lugar un momento lúdico y acompañamos a la Cruz de los jóvenes hasta el palacio episcopal. Desde allí nos dirigimos hasta el Seminario donde compartimos una comida fraternal.[/p]

[p]La Jornada de la Juventud concluyó con la celebración solemne de la profesión de fe junto con los miles de fieles de toda la diócesis que se dieron cita en la plaza del cardenal Belluga.[/p]

[p]Han sido unos días de verdadera gracia, donde el Espíritu Santo se ha dejado ver en el rostro, en la disponibilidad y la alegría de los jóvenes de nuestra diócesis. Los seminaristas damos gracias a Dios por haber compartido estos días con los que dentro de unos años serán nuestros feligreses. Hemos tenido la oportunidad de convivir, rezar y comunicar con los jóvenes nuestra experiencia de Dios y como hemos sido llamados por Él a esta apasionante vocación del ministerio sacerdotal. También ha sido una ocasión para conocerlos a ellos, ver como los jóvenes, tan estigmatizados muchas veces por nuestra sociedad, son testigos de Cristo Resucitado, portadores de ilusión y esperanza que brota del encuentro con el Señor y que son los mejores evangelizadores en sus familias y entre otros jóvenes. Damos Gracias a Dios por todos ellos y por aquellos que han hecho posible este encuentro: los miembros de la Delegación Diocesana de Juventud, a su delegado, a nuestro hermano José Miguel que es el encargado de mantener el vínculo entre el Seminario y la Pastoral Juvenil, a los catequistas, sacerdotes y religiosas que han acompañado a los jóvenes… y seguimos pidiendo intensamente por los frutos espirituales de este encuentro para que verdaderamente se haga realidad en nosotros que: SER FELIZ ES SER DE DIOS. [/p]

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