En el Seminario Mayor iniciamos un nuevo curso tras las actividades de verano y descanso estival. Han sido unas semanas en las que hemos podido encontrarnos con niños y jóvenes que se están planteando su vocación en el Campamento y en la Convivencia Vocacional, también de dar testimonio de nuestra vocación e invitar a otras personas a descubrir la belleza de ser cristianos en las misiones rurales y por su puesto han sido días para dar gloria a Dios junto a nuestras familias y comunidades parroquiales.
El pasado miércoles los seminaristas volvíamos a “casa” y fuimos recibidos por el equipo de formadores, al que este año se incorpora un nuevo formador, D. Francisco Azorín. Fue pues un día para reencuentro entre los compañeros y conocer los nuevos rostros y las nuevas historias de aquellos a los que el Señor ha llamado durante los últimos años y meses para seguirle más de cerca como sacerdotes y generosamente, como María, han dicho si a la voluntad del Señor. Nueve jóvenes que son el fruto de la oración de todos aquellos que rogáis junto a nosotros al Dueño de la mies para que envíe trabajadores a su mies.
El jueves recibimos la visita del Sr. Obispo, que quiso darnos al bienvenida en este nuevo curso y animarnos para afrontar el día a día y los retos que se nos presentarán durante este año siempre en presencia del Señor. Será un curso marcado por el año de la Fe que el Papa Benedicto XVI ha convocado para toda la Iglesia y será una oportunidad para renovar nuestra fe junto con todos los fieles de nuestra diócesis. En el diálogo D. José Manuel se interesó por como habíamos vivido este tiempo de verano y como habían resultado las Misiones Rurales que llevamos a cabo durante el mes de julio.
Después de estos días de reencuentro y convivencia esta tarde y hasta el próximo viernes los seminaristas iniciamos en la casa de espiritualidad de las Hermanas de Cristo Crucificado los ejercicios espirituales. Serán para nosotros unos días de intensa oración y os pedimos que nos acompañéis de un modo especial durante esta semana con vuestras oraciones y tengáis presente también a aquellos jóvenes que al leernos o al saber que ha empezado un nuevo curso en el Seminario se están cuestionando por su vocación.
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