El pasado dos de diciembre, domingo primero de Adviento, con el que daba comienzo el nuevo año litúrgico, el Seminario Mayor San Fulgencio de Murcia visitó la ciudad de Cehegín.
Es habitual que varios domingos al año el Seminario se haga presente en distintas localidades de la Región, para que se conozca de cerca a aquellos por quienes se rezamos y para ser signo de esperanza para toda nuestra Iglesia Diocesana; y, en esta ocasión, tuvimos la suerte de estar en este bello municipio del noroeste murciano.
El seminario ora constantemente por su pueblo, por la Iglesia Diocesana. También el pueblo de Dios ora por su Seminario y por las vocaciones. En estas visitas, a lo largo del día y en las distintas parroquias del lugar, el pueblo de Dios y su Seminario rezan juntos, gozando presencialmente de la comunión que ya viven en la oración.
A primera hora de la mañana rezamos laudes en la Parroquia de San Antonio, donde nos acogió fraternalmente su párroco D. Pedro García Casas.
Estas excursiones se convierten también en oportunidad para conocer nuestra Región, donde un día, si es la voluntad de Dios, desarrollaremos nuestro ministerio sacerdotal al servicio de todos. Así, después de la oración de laudes, nos desplazamos al yacimiento arqueológico de Begastri, habitado sucesivamente por los distintos pueblos que se asentaron en la Península Ibérica a lo largo de la historia y que fue Diócesis en los primeros siglos del cristianismo. En un día frío pero soleado y apacible, situado en un precioso enclave, pudimos disfrutar de una espléndida visita guiada. En este lugar se halló la conocida Cruz de Cehegín, una de las más antiguas del cristianismo en Occidente.
A mediodía, en la Parroquia de Santa María Magdalena, y junto a su párroco D. Manuel Jiménez, participamos en la celebración de la Santa Misa, que fue presidida por el rector del Seminario, D. Sebastián Chico, natural de Cehegín, y concelebrada por los formadores del Seminario. Los feligreses de esta misma parroquia nos acogieron en sus salones y nos dieron de comer con una magnífica paella preparada por ellos. Fue un momento entrañable en el que pudimos conocernos y compartir vivencias y anécdotas en un ambiente familiar.
Por la tarde, después de pasear por las calles del casco antiguo de Cehegín, nos dirigimos a la Parroquia de Nuestra Señora de las Maravillas, Patrona de la localidad, donde celebramos una vigilia de oración vocacional, con rezo de vísperas. En la misma, nuestro compañero Lope, de segundo curso, compartió con todos los asistentes el testimonio de su vocación. Al terminar, cuando ya anochecía y con el grato recuerdo del día vivido, emprendimos el camino de vuelta al Seminario.
Agradecemos a todos los cehegineros la acogida que nos dieron, especialmente a sus párrocos. ¡Fue un día entrañable que recordaremos¡. Pedimos a nuestra madre la Virgen de las Maravillas que bendiga a este pueblo y que siga suscitando en sus jóvenes el amor a Cristo y la fortaleza para aquellos que sean llamados a una vida entregada al servicio de la Iglesia, bien desde el sacerdocio o bien desde la vida consagrada.
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