El pasado fin de semana, los días 31 de octubre y 1 de noviembre nos dimos cita en Guadix cerca de unos setenta seminaristas menores provenientes de las distintas diócesis que están dentro de las provincias eclesiásticas de Sevilla y Granada.

El viernes 31, por la noche, tras la acogida por parte del Seminario de San Torcuato, en el Centro Diocesano de Espiritualidad de Guadix, pudimos compartir el rezo de Vísperas y una pequeña vigilia de oración ante el Santísimo Sacramento, preparada por nosotros, los seminaristas de Murcia. Tras ella, cenamos, y tuvimos una velada lúdica, en la cual pudimos disfrutar del humor y la magia del Mago Jaime. Después, rezamos completas y nos acostamos.

A la mañana siguiente, rezamos Laudes, desayunamos y recogimos la casa para irnos al centro de Guadix. Allí, visitamos la catedral, comenzando por una explicación artístico-catequética de la fachada. Después, fue D. Manuel Amezcua, canónigo archivero de la catedral, el que nos guió y explicó las diferentes zonas del templo y su museo, todo esto con su particular gracia y sabiduría. A continuación, a las 12:30, celebramos la Solemne Eucaristía de Todos los Santos, presidida por el obispo accitano D. Ginés Beltrán, el cual, durante la homilía, nos explicó el sentido de la solemnidad que celebrábamos, nos habló sobre lo que es un santo y nos animó a ser santos desde nuestra joven edad. También nos dirigió unas palabras de gratitud hacia el Señor por nosotros y a nosotros por nuestra entrega a Jesucristo.

Tras la Santa Misa, nos dirigimos al colegio de la Divina Infantita, junto a la catedral, para comer. Luego, después de haber tenido una media hora de tiempo libre, nos dirigimos al barrio de las cuevas donde nos volvía a esperar D. Manuel, que es también párroco de dicho lugar. Nos reunimos con él en la iglesia de Ermita Nueva, anexa a la Cueva Santa de la Virgen de Gracia. Allí, tanto él como algunas teresianas nos explicaron la historia de la Cueva Santa y de la labor de San Pedro Poveda en Guadix. Visitamos la cueva del Padre Poveda, que es “testigo de la entrega del fundador de las Teresianas en Guadix” según reza el azulejo a la entrada de la misma. Ahí es donde empezó a concebirse la Institución. Sin embargo, fue en Covadonga (lugar al que fue destinado el sacerdote) donde nació dicha realidad de la Iglesia. Mas, el escribió que “nunca pensé en irme de Guadix”. Era él un seminarista cuando miraba, desde la alcazaba accitana, este barrio, y se inquietaba por la labor en dicho lugar. También tuvimos oportunidad de orar ante la imagen de Ntra. Sra. De Gracia, visitar la cueva y la exposición parroquial de belenes del mundo (una colección con más de 300 representaciones del Nacimiento de Cristo).

En ese mismo templo rezamos las Vísperas. Tras ellas, se nos obsequió a cada seminario asistente con un plato de arcilla. Y nos fuimos.

Damos gracias a Dios por este edificante encuentro, por la oportunidad que nos ha dado de compartir con otros seminaristas la alegría de seguirle, de estar en su camino. Le damos gracias por haber conocido más a fondo la Diócesis de Guadix, con la cual nos sentimos especialmente hermanados. Y le damos gracias por el testimonio de vida de San Pedro Poveda. Le pedimos que nos mantenga fieles, uniéndonos a las palabras del Padre Poveda, y pidiendo su intercesión:

"Señor, que yo piense lo que Tú quieres que piense; que yo quiera lo que Tú quieres que quiera; que yo hable lo que Tú quieres que hable; que yo obre como Tú quieres que obre. Que ésta sea mi única aspiración.”