Un tiempo de gracia es lo que hemos podido vivir durante dos semanas; seis seminaristas en el pueblo: Valentín.

Desde el primer momento que comenzamos con la preparación de esta estupenda misión de evangelización, todos los deseos estuvieron puestos, por mi parte, en aquel pueblo y en sus vecinos.

Misión Valentín II - Seminario Diocesano San Fulgencio - Diócesis de Cartagena - Murcia

Yo pensaba, que lo único que podía ofrecer en esta misión, era la experiencia de mi vocación y todo lo que Dios, cómo un maestro bueno había hecho conmigo a lo largo de mis tres años en el seminario. Hoy rezando por todas las gracias concedidas en esta vivencia puedo decir, que fue un tiempo de gracia junto al Señor y a la comunidad parroquial de Valentín.

En mi pequeña memoria de esos días, quedan muchas experiencias transmitidas y adquiridas con todos y cada una de las familias, jóvenes y niños. No sólo he convivido con mis hermanos seminaristas, en los cuales me he apoyado, sino que he podido aprender lo necesario que es darnos a los demás, aunque sólo haya sido con nuestra presencia. Las experiencias me han hecho acrecentar y fomentar mi amor por la misión que Dios me ha encomendado.

Durante los primeros días de contacto con aquellas personas, aunque el compromiso era una barrera que separaba a Dios de las personas, pude ver como Él nos marcaba el camino y no los itinerarios que nosotros habíamos planteado. El primer contacto estuvo lleno de ilusión y descubrimientos de uno mismo. Desde el primer momento todo lo vivido ha estado presente en la oración, aunque mi enemigo fue sin duda el cansancio y la debilidad de la juventud: querer conquistar el mundo, desgastarme sin medida; ahora escribiendo esta pequeña memoria he podido descubrir, lo que el Señor quiere de sus sacerdotes: "Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar..."Para estar con Él, después de ver que algunos planes no daban el resultado que esperábamos, Cristo salió a nuestro encuentro y nos pidió nuestra “presencia” en medio de aquella comunidad parroquial de Valentín, petición que vino de boca de nuestro formador. Esa ha sido parte de la gran misión, vivir con los dones que Jesucristo nos concede: nuestra felicidad, entrega, orgullo y esperanzas; es sin duda lo que yo y mis compañeros hemos querido transmitir con la ayuda del Espíritu Santo.

Cómo no escribir en esta pequeña memoria la amabilidad recibida de todas las personas, que nos han abierto sus hogares y corazones, que han dedicado su tiempo a estar con nosotros, por su atención y escucha cuando nos poníamos a dialogar sobre el Evangelio y de la grandeza de Dios. Al igual que, el sacerdote de Valentín; D. Pedro, que desgató su tiempo mostrándonos el don tan grande que Dios concede en la vocación del sacerdocio. Él nos ha trasmitido la importancia de la sencillez en una vida de entrega, como darse sin límites y  poder llegar a los que más lo necesitan.

Misión Valentín IV - Seminario Diocesano San Fulgencio - Diócesis de Cartagena - Murcia

Pido al Señor por los frutos espirituales, que sólo Él sabrá cuándo y de qué manera germinarán en las almas de todas las personas, con las que hemos compartido esta experiencia de fe.

Misión Valentín V - Seminario Diocesano San Fulgencio - Diócesis de Cartagena - Murcia

Jerónimo Hernández

3 Curso