El Seminario San Fulgencio ha subido otro año más  al Santuario de la Virgen de la Fuensanta a ofrecer el curso recién iniciado a María y a implorar su maternal protección. La jornada ha comenzado con la bendición de la peregrinación a las puertas del Seminario Conciliar. Todos los seminaristas, alegres y contentos, comenzaban la marcha hacia el Santuario mariano a depositar ante la Patrona de Murcia todas sus inquietudes, alegrías y súplicas.

A lo largo del recorrido, y una vez cruzada la vía del tren, han procedido a rezar el Santo Rosario de la mano de María. La meditación de los Misterios de la vida de Nuestro Señor es siempre una fuente de Gracia para la vida del cristiano y, de un modo especial, en el camino de los seminaristas. Han concluido el rezo del mismo a las puertas del templo parroquial de Patiño, en cuyo interior han rezado el ángelus ante la imagen titular de esta iglesia.

En torno a las doces llegaba el tropel de seminaristas encabezados por sus formadores para la celebración de la Eucaristía dominical. Esta ha sido presidida por don Manuel Verdú, Rector de nuestro Seminario. En ella se nos interpelaba a crecer en nuestra fe y a evangelizar desde nuestro testimonio. Al término de la misma y antes de cantar el himno a la Virgen de la Fuensanta, ha sido presentado todo nuestro Seminario a los pies de la Patrona y se la pedido Pueblo de Dios que rece por este semillero de vocaciones, sostenido por la Gracia y la oración.

Por último, una vez concluida la Eucaristía, los seminaristas con sus formadores han tenido un rato de encuentro fraterno con las monjas benedictinas, custodias de este Santuario mariano. Antes de regresar a Murcia, también han rezado Vísperas junto a las Carmelitas Descalzas de Algezares y con las que han compartido una tertulia en su locutorio. Los seminaristas han terminado el día gozosos por haber visto a la Madre y también al comprobar la oración incesante de tanta gente en pro de su camino vocacional, y de un modo especial la procedente de la vida monacal.

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