Este sábado pasado 14 a las 20:30 la Diócesis de Cartagena celebró la ordenación sacerdotal de Pedro García León. Tuvo lugar en la pedanía murciana de Lobosillo, pueblo natal de Pedro. En el cultivo de la tierra, muy común en este pueblo, Pedro sintió su vocación sacerdotal, en medio del trabajo encontró la llamada de Dios a entregarse a los demás. Así, en septiembre de 2006 Pedro empezó en el Seminario un proceso de discernimiento vocacional; un período que se prolongó -según está establecido- durante seis años en los que se ha estado formando.

La ordenación tuvo lugar en la plaza dela Iglesia, ya que la Parroquiade San Antonio de Padua se quedaba pequeña para acoger tal acontecimiento; y es que aunque  se dispusieron más de ochocientas sillas varias personas se tuvieron que quedar de pie. Por suerte el tiempo acompañó durante la celebración.

La Eucaristía fue presidida por el señor obispo don José Manuel Lorca Planes; y una treintena de sacerdotes acompañaron a Pedro para acogerlo como a un nuevo hermano en el sacerdocio. Cabe destacar la presencia del párroco de Lobosillo, don Antonio Castaño; del párroco de Bullas, don José Antonio Ibañez, donde Pedro ha estado ejerciendo su diaconado este curso; del anterior equipo de formadores del Seminario y del nuevo.

Al final de la celebración Pedro agradeció al Señor por el don sacerdotal que le ha regalado y que tras años de discernimiento ha podido hacer realidad. Agradeció también la ayuda y la guía sobrenatural dela Virgen María, a la que se encomendó desde el principio de su vocación, y la de tantos santos, en especial la de san Antonio de Padua, patrón de su pueblo. Mirando hacia abajo dio las gracias al señor obispo por la confianza que ha puesto en él al ordenarlo sacerdote, y la labor que tantos sacerdotes han realizado en su proceso de discernimiento. Y se refirió por último a sus compañeros seminaristas, a los que ya son sacerdotes y a los que aún siguen formándose.

Después invitó a todos los presentes a un gran ágape donde, en palabras del propio Pedro, se tiró la casa por la ventana. En ese momento Pedro atendió a todos los que le acompañaron en su ordenación, que le transmitieron sus felicitaciones.

¡Qué Dios bendiga a Pedro en su nuevo ministerio sacerdotal, que le ayude y guíe para que permanezca fiel a su vocación!