El 12 de julio, a las 11 horas, ha tenido lugar la Ordenación Sacerdotal de nuestro hermano Eduardo Sabater, en la Parroquia de San Francisco de Asís de Murcia.

La ceremonia ha estado presidida por Don José Manuel Lorca Planes, Obispo de la Diócesis de Cartagena, estando presente en la misma, el equipo de formación de los Seminarios Mayores de San Fulgencio y Redemptoris Mater, y Menor de San José, así como, numerosos Sacerdotes, fieles, familia y amigos de Eduardo.

En la Homilía, el Obispo ha hecho una invitación al ordenando, a activar el ánimo para trabajar por el Reino de los Cielos, ya que ha llegado la hora de la Gracia y la Esperanza. Por la Gracia de Dios, podemos ser instrumentos suyos y compartir los dones recibidos.

Ya San Juan Pablo II nos exhortaba a ser centinelas del mañana, y destacaba, cómo las Ordenaciones Sacerdotales son siempre señales de Esperanza, debido a que, a través del Espíritu Santo recibido, se fortalece el don de la vocación, y nos otorga la fuerza necesaria para la misión que se nos encomienda. Para ello, no hemos de ser meros sujetos pasivos, sino que hemos de tener el coraje de hablar de la Fe cristiana y de anunciar el Evangelio, incluso en ambientes adversos.

Para poder ser medio e instrumento de Dios, se ha de vivir cada día en humildad, y renovar las promesas hechas en el momento de la Ordenación. Los Sacerdotes son personas que abandonan todo en su vida para seguir a Jesús, teniéndole como compañero de viaje. Él, será quien ilumine sus mentes para que sean fieles a la misión encomendada.

Los Sacerdotes están al servicio de Cristo Resucitado, y los fieles han de ver en ellos la obra de Dios. Han de ser también instrumento para recibir y dar el pan y la sangre de Cristo. Son portadores de la misericordia del Señor y heraldos que anuncian la esperanza del Reino de los Cielos.

El seguimiento de Dios por parte de los Sacerdotes, es una respuesta al amor que han recibido de Él, por lo que exige la radicalidad del cumplimiento de los Consejos Evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Ello implica la consagración a Cristo en amor total, la libertad de no estar atado a las cosas materiales que el mundo nos ofrece, y poner así nuestra vida en Sus manos, para que podamos obtener el mayor fruto posible.

Por último, el Obispo se encomendó a San Francisco de Asís, rezando la Oración franciscana por la paz.

Eduardo dio las gracias por el don de la vocación, al Obispo le agradeció su acogida en el presbiterio de la Diócesis de Cartagena; agradeció al Alcalde su asistencia a la celebración; al equipo de formación y a los seminaristas por haberle ayudado a forjar su corazón de pastor; a las Parroquias por las que ha estado de pastoral por su asistencia a la ceremonia y cariño recibidos; a los Sacerdotes por haber sido un ejemplo en su proceso formativo; y a su familia por haber estado a su lado viviendo este momento con una especial intensidad.

Posteriormente, el Obispo le hizo entrega de las Licencias para poder administrar los Sacramentos, así como de la Bendición del Santo Padre, y le comunicó que su destino como Vicario Parroquial, sería en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Murcia, que sin duda, le dará un caluroso recibimiento.

Damos gracias a Dios por bendecirnos con una nueva Ordenación Sacerdotal, y pedimos para que el dueño de la mies siga enviando obreros a la misma, que nos orienten y guíen en el camino del seguimiento a Dios.

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