El pasado domingo 8 de julio tuvo lugar la ordenación sacerdotal de Francisco José Parra Moreo. Es así la primera ordenación de las tres previstas en este mes de julio en la Diócesis de Cartagena. Según lo previsto, la ordenación empezó a las ocho de la tarde en Lorca -su ciudad natal-, en la Iglesia de San Francisco. Si bien su parroquia natural es la de San Diego ésta se encuentra actualmente en obras de restauración, como consecuencia del terrible terremoto que asoló Lorca el año pasado, por lo que tuvo que celebrarse en San Francisco.

La celebración fue presidida por nuestro obispo don José Manuel Lorca Planes, que en su homilía exhortó Francisco a la incesante tarea del presbítero de administrar fervorosamente al pueblo de Dios el sacramento de la Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación, así como la necesidad de acudir él mismo a ellos como pilares fuertes de su ministerio sacerdotal. Y recordó a la gente allí reunida que la ordenación de Francisco es realmente una fiesta gozosa para cada uno de nosotros, para toda la Diócesis, y para la Iglesia universal.

Junto con don José Manuel, casi una cincuentena de sacerdotes acompañó a Francisco, acogiéndolo como un hermano en el sacerdocio. Como no podía ser de otro modo, contó con la presencia fraternal de sus compañeros seminaristas, que no quisieron perderse la realización de la vocación sacerdotal de un compañero y amigo muy querido. También acudió una comitiva de San Javier, donde Francisco ha ejercido su diaconado durante todo este curso. Además, la celebración estuvo animada musicalmente por el coro de San Andrés.

En la despedida, el neopresbítero tuvo unas palabras de agradecimiento por todos los que en ese momento estaban junto a él y por los que le han ayudado y guiado durante todos estos años de discernimiento vocacional. Dio las gracias al Señor obispo por la confianza que ha puesto en él al ordenarle sacerdote. Dirigió unas palabras muy emotivos a su familia, que le acompañó también durante su ordenación sacerdotal; y a la que agradeció su apoyo y su aliento. Recordó también a su madre, fallecida años atrás, y agradeció la protección que le ofrece desde el Cielo. Y agradeció a todos los sacerdotes que le han acompañado en su vocación, en especial a don Bernabé López, sacerdote de su juventud, a su párroco don Jesús Ros, y la labor del equipo de formadores del Seminario, tanto al anterior como al nuevo equipo que le ha a acompaña este último curso: a don Sebastián y don Francisco.

Finalmente, Francisco invitó a todos los que habían acudido a su ordenación a un ágape para festejar su entrada en el sacerdocio. Mucha gente le acompañó en este refrigerio. Allí Francisco recibió la felicitación y la enhorabuena de todos.

¡Qué Dios fortalezca a Francisco, que le guíe y le ayude para ejercer fielmente su ministerio sacerdotal!       Ver fotos