Ayer 12 de mayo, tuvo lugar en la Parroquia de San Juan de Ávila, la festividad del patrón del clero español.

La jornada comenzó a las 11 horas, con una meditación dirigida por Monseñor Francisco Gil Hellín, Arzobispo de Burgos, que celebraba sus Bodas de Oro Sacerdotales. El tema elegido para la meditación ha sido la "Dimensión mariana de Juan Pablo II", con motivo de su reciente canonización, y por encontrarnos en el mes de mayo.

La misma ha estado dividina en dos partes, una primera sobre la enseñanza doctrinal y vital de Juan Pablo II sobre María, y la segunda sobre María y el Sacerdocio Ministerial. Nos ha recordado Monseñor Gil Hellín, el carácter Mariano de San Juan Pablo II, el cual, tenía una importante perspectiva trinitaria, en la que resaltaba el misterio pneumatológico.

A continuación, el presbiterio de la Diócesis de Cartagena ha celebrado una Eucaristía en la que se ha homenajeado a 30 sacerdotes que cumplen los 60, 50 y 25 años de su ordenación como presbíteros de la Iglesia. La Eucaristía ha estado presidida por el Obispo de Cartagena, Monseñor José Manuel Lorca Planes, y ha sido concelebrada por Monseñor Francisco Gil Hellín, junto a los homenajeados, como concelebrantes principales, así como por el resto de sacerdotes asistentes, en torno a los 250. Al inicio de la celebración se ha pedido por los sacerdotes diocesanos fallecidos.

Durante la homilía, Monseñor Lorca Planes ha agradecido la presencia de Monseñor Gil, y ha animado a los sacerdotes a recordar el momento en el que sintieron la llamada del Señor, puntualizando la necesidad de ayudar a los jóvenes a encontrarse con Dios: “el Señor continúa llamado a participar en su ser, en su misión y en su vida sacerdotal por medio de la Iglesia”.

Ha explicado que la llamada a la vida sacerdotal implica una serie de experiencias que marcan la vida de todo presbítero: el encuentro con Cristo, a través del cual el discípulo se hace testigo; el seguimiento de Cristo para compartir la vida con él, mediante la humildad, la obediencia, la castidad y la pobreza; el desprendimiento para ser signo del amor de Dios; la fraternidad a través del presbiterio diocesano; y la actitud de servicio a la comunidad eclesial, debiendo ser signo y portadores de Cristo, y estando llamados al desprendimiento para ser portadores del amor de Dios.

De forma particular, el Sr. Obispo se ha referido a la Virgen María como “madre especial del sacerdote”, modelo de su relación con Cristo y de su actuar apostólico, e intercesora. “La realidad sacerdotal de la Iglesia, que es también realidad materna, es una realidad mariana, que la actualizamos con el estilo de la Virgen cantado en el Magníficat. Nos ha invitado hoy a renovar, con María, figura y modelo de cristiana, nuestros compromisos sacerdotales, para seguir ejerciendo el ministerio en santidad”.

Antes de finalizar la celebración, D. Juan Fernández Marín, sacerdote que cumple este año sus Bodas de Diamante Sacerdotales, ha hablado en nombre de todos los sacerdotes homenajeados y ha dado las gracias a Dios por esta celebración y por el Papa Francisco, ha agradecido también a Monseñor Lorca Planes el pastoreo del presbiterio diocesano y a Monseñor Gil, que haya celebrado este día con sus condiscípulos. A los sacerdotes más jóvenes les ha dicho que las tierras que hoy cosechan (refiriéndose a los frutos parroquiales) “no están en barbecho, sino que dan fruto” gracias al trabajo de otros sacerdotes que hoy son ancianos.

Durante la celebración, el Obispo de Cartagena anunció que el 7 de junio se celebrará en la Catedral una Misa de Acción de Gracias por las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II y por la beatificación de Madre Esperanza, que tendrá lugar el 31 de mayo en Collevalenza.

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