Del 28 al 30 de abril tuvo lugar, la ya tradicional esperanzada bajo el lema “Esperanzados en la cruz de Cristo, Puerta de la Vida”.

En esta edición con motivo del año jubilar de Caravaca, el itinerario habitual, sufrió una pequeña modificación, pues el Santuario de la Esperanza de Calasparra no fue el final del trayecto sino el punto de partida, donde fuimos acogidos por el rector del santuario D. José Manuel y recibimos la bendición del peregrino.

Tras este entrañable acto, iniciamos con gran entusiasmo, a pesar de las inclemencias climatológicas, nuestra peregrinación hacia la población de Calasparra, donde nuevamente fuimos recibidos por D. José Manuel en la parroquia de San Pedro, donde tuvimos el gozo de celebrar la Eucaristía en un ambiente de fraternidad peregrina.

Una vez que nos hubimos ubicado en nuestros alojamientos disfrutamos de un momento de encuentro entre todos los participantes en la peregrinación con ocasión del concierto ofrecido por el grupo “Indi”, que nos introdujeron en un sano ambiente festivo.

Al día siguiente, como era lógico, empezamos el día celebrando la Eucaristía en la parroquia de San Pedro para pedir fuerza y  alegría ante la dura jornada que estábamos a punto iniciar.

El primer tramo finalizaría en Canara para reponer fuerzas con una revitalizante comida, pero como en nuestro ánimo estaba presente en todo momento nuestra Madre, hicimos un alto a mitad del trayecto en Valentin, para rezar el Ángelus.

Tras un pequeño descanso físico, que no espiritual, puesto que recibimos unas interesantes y amenas catequesis, retomamos el segundo tramo de peregrinación del día que nos llevaría a la población de Cehegín, donde nos esperaba un merecido reposo.

Tras una suculenta cena en un entorno privilegiado, cual es la Plaza del Castillo, que nos ofrecía unas envidiables vistas de la zona, nos dispusimos a celebrar una vigilia en  la iglesia de  Santa María Magdalena, donde se creó un intenso clima de oración.

El último día de la peregrinación lo iniciamos con el rezo de laudes en la parroquia de Nuestra Sra. de las Maravillas, patrona de la localidad de Cehegín, donde pudimos venerarla y encomendarnos a su protección maternal.

De camino a nuestro punto final, Caravaca, rezamos el santo rosario en el bello entorno que nos ofrecía la vía verde por la que transitábamos.

Una vez llegados a Caravaca, fuimos recibidos por el Vicario de zona, D. Jesús, en la parroquia del Salvador para tras unas breves palabras, acompañarnos hasta la Basílica Santuario de la Santísima y Vera Cruz, donde tuvo a bien presidir la Eucaristía que ponía fin a las tres hermosas jornadas de peregrinación que hemos vivido en compañía de unos hermanos que buscaban el encuentro con Dios a lo largo de todo el camino vivido en fraternal comunión. 

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