Alrededor de 40 sacerdotes cubrieron las 24 horas de confesiones. “No sólo los confesionarios tenían confesores, sino que había sacerdotes en sillas repartidos por la Catedral confesando”, explicaba el Vicario General y deán de la Catedral, Juan Tudela. 

También nuestro Seminario se hizo presente, rezando las vísperas solemnes a las 20h, con los fieles que se habían congregado en el templo jubilar. La oración estuvo presidida por el Sr. Rector, y en ella participaron tanto el Seminario Mayor como el Seminario Menor. En su homilía, D. Sebastián Chico recordó cuan importante es la persona del seminarista y la vida de entrega que estos jóvenes han optado, dando todo su ser a Cristo para el servicio a los hermanos. Así mismo destacó la grandeza del Sacramento del Perdón, en el cual el Padre Misericordioso se vuelve a sus hijos para que vuelvan a su Casa.

No podemos más que dar gracias a Dios por este tiempo de gracia que ha concedido a su Iglesia, y sigamos rogándole que este día de muchos frutos en nuestra Diócesis para que sean muchos los que puedan retornar a la Gracia.