El pasado día 8 de noviembre el Seminario Diocesano celebró con gozo la Fiesta del Reservado. En esta fiesta celebramos que, en 1888, por mandato del Beato Manuel Domingo y Sol, fue fundado el Colegio de Vocaciones San José, en el edificio actual del Seminario Mayor, donde el segundo domingo de noviembre, se celebró la primera Eucaristía y reservado en el Sagrario el Santísimo Sacramento. En esta casa, durante muchos años (desde 1941) ha estado ubicado el Seminario Menor San José, tras su constitución en 1936, hasta nuestros días.
Nos acompañaron durante la jornada las familias de los seminaristas menores, pudiendo así conocer más de cerca la realidad de esta Institución Diocesana, así como las dependencias de la casa.
En un primer momento, los Formadores del Seminario tuvieron una reunión con los padres de los seminaristas menores, en la que presentaron todas las actividades que se han programado para este curso, el Plan de Formación y la responsabilidad que ellos tienen en el cuidado y acompañamiento de la vocación de sus hijos.
Seguidamente celebramos la Eucaristía en la Capilla Mayor del Seminario, presidida por nuestro Obispo, Don José Manuel Lorca Planes, y concelebrada por los Formadores, los párrocos de los seminaristas y otros sacerdotes, entre los cuales estuvo el Padre Julio, Operario Diocesano.
En su homilía, el Sr. Obispo destacó la importancia de esta Fiesta Eucarística y como el cristiano ha de tener a Cristo en el centro de su vida. No tiene sentido, decía Monseñor Lorca, que nos digamos cristianos si luego la gente no se acerca a nosotros, sino que nos teme. Insistía añadiendo también que el cristiano, y en especial el seminarista como futuro sacerdote, ha de ser espejo y reflejo de Cristo, pero desde la naturalidad y la transparencia de su vida.
Prosiguió la comida en el Aula Magna del Centro de Estudios, tras la cual los seminaristas menores realizaron diversas actividades para amenizar la sobremesa, presentando también así la alegría de vivir su vocación.
En torno a las 17h, en la Capilla Mayor, todo el Seminario y las familias que asintieron, rezaron solemnemente las Vísperas con la exposición del Santísimo. Esta celebración fue presidida igualmente por nuestro Obispo, y asistieron numerosos sacerdotes. Terminada la oración, tuvo lugar una procesión con el Santísimo Sacramento por los jardines del Seminario. En el trayecto se realizaron cuatro altares, habiendo sido uno de ellos preparado por los sacerdotes de la Casa Sacerdotal.
Damos gracias a Dios por este día de alegría y júbilo para nuestro Seminario, y también le pedimos a Él que siga llamando a jóvenes y niños a nuestro querido Seminario Menor, y a San José, su patrón, que cuide y guarde a los seminaristas menores.
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