Como cada primer sábado de Mayo desde hace ciento un años, los seminaristas mayores que este curso se han incorporado al Seminario han sido consagrados a Santa María Reina de los Corazones, La Señora.

Desde el pasado día tres de mayo la imagen da la Señora que habitualmente se encuentra en la escalera del Seminario ha presidido las celebraciones en la capilla mayor, donde hemos celebrado el triduo en honor a nuestra patrona y que este año ha sido predicado por los tres diáconos que dentro de unos meses serán ordenados presbíteros.

El sábado a las 12 de la mañana D. Juan Tudela, Vicario General, presidió la Eucaristía que fue concelebrada por el equipo de formadores de los Seminarios diocesanos Mayor de San Fulgencio y Redemptoris Mater y otros sacerdotes que quisieron renovar su consagración a la Virgen. En su homilía D. Juan recordó a los seminaristas, sacerdotes y familias de los consagrados, la importancia de la figura de María en la vida y espiritualidad del sacerdote, así como la especial devoción y cariño que tanto los seminaristas y sacerdotes de nuestra diócesis tiene a La Señora, a los que conserva y guarda en su corazón sacerdotal. La vocación sacerdotal es un sí incondicional a la voluntad de Dios, a imagen del fiat que en la anunciación pronunció la santísima Virgen.

Una vez finalizada la homilía los que iban a ser consagrados recitaron la oración de consagración de San Luis María Griñón de Monfort y recibieron la medalla con la imagen de la Virgen que lleva inscrito “Ad Iesum per Maríam”. A continuación, el seminarista más joven del curso, este año José David de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Puente Tocinos, introdujo en el corazón de la Virgen el nombre de los nuevos consagrados.

Al término de la Santa Misa y tras felicitar a los consagrados, compartimos una fraternal comida, seminaristas, sacerdotes y familiares de los consagrados.

Rogamos a Dios que guarde en su amor y fidelidad a todos aquellos seminaristas y sacerdotes que se encuentran refugiados en el Inmaculado Corazón de Santa María.