El lunes 10 de febrero de 2014, contamos con la presencia en el Seminario San Fulgencio, de Don José Antonio Rodríguez García, Adjunto de la Anunciatura Apostólica en Nigeria. Fue nombrado para este cargo en la Representación Pontificia el pasado 1 de julio de 2013, desempeñando desde entonces su ministerio junto al Jefe de la Misión, el Ecxmo. Mons. Augustine Kasujja, Nuncio Apostólico en Nigeria, en la ciudad de Abuja.

Nos expuso lo que es una Nunciatura, destacando que el objetivo principal de la misión de las Representaciones Pontificias, es el de hacer más estrechos y operativos los vínculos que unen la Sede Apostólica a las Iglesias locales. Extienden así la solicitud del Romano Pontífice por el bien del País en el cual ejercen su misión, interesándose de manera especial por los problemas de la paz, el progreso y de la colaboración entre los pueblos, mirando al bien espiritual, moral y material de toda la comunidad.

Enumeró alguno de los Proyectos que se llevan a cabo en Nigeria gracias al reparto a través de la Nunciatura, de los subsidios de las Obras Misioneras Pontificias anuales, resaltando que éstos no se limitan exclusivamente a la evangelización y construcción de Parroquias, sino que también llevan aparejados la edificación de hospitales, dispensarios, escuelas, y centros de estudios, que constituyen un núcleo de convivencia y unión para los ciudadanos.

De especial trascendencia en Nigeria es la labor llevada a cabo en el Hospital de las Hijas de la Caridad, que atiende a más de dos mil enfermos de VIH, contando también con una maternidad.

En la fase de ruegos y preguntas, Don José Antonio contestó a cuestiones tales como el ejercicio del Derecho de Refugio y Asilo en la Nunciatura, su adaptación personal a las costumbres del país, la organización del Seminario en Nigeria o la perspectiva que tenía sobre la Iglesia Universal y su apertura a la Misión tras su experiencia en la Nunciatura.

Agradecemos a Don José Antonio Rodríguez la experiencia que compartió con los seminaristas, y pedimos por la Iglesia Universal y por aquellos países en los que el cristianismo es perseguido, para que los testigos de Jesús seamos capaces de anunciar la belleza de la Fe en estos territorios.