Al compartir con vosotros la experiencia sobre este encuentro podría resumirla con la cita del salmo: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Y es verdad que el Señor ha estado grande con nosotros, y es que cada día que ha pasado he visto la grandeza del Dios en cada uno de mis hermanos en la fe, y es esa alegría que se transmite la que a mí me asegura que Dios ha estado presente y ha hecho que este encuentro haya sido para cada uno de nosotros un encuentro personal con Aquel que ha venido a dar la vida por nosotros y a colmar nuestros anhelos de felicidad: JESUCRISTO.
Otra experiencia que me llena es la de la universalidad y maternidad de la Iglesia. Ver como jóvenes de distintas nacionalidades éramos capaces de entendernos con un simple gesto, una mirada, una oración o un canto, ha sido ver como realmente la Iglesia habla el lenguaje del Amor, que no excluye a nadie y que siempre tiene los brazos abiertos para anunciarte que Dios te ama como eres, que la felicidad está en Cristo Resucitado y que nunca es tarde para levantarse y poner nuestras vidas de cara a Dios.
Para terminar agradecer a la Delegación de Pastoral Juvenil su dedicación y trabajo por y para los jóvenes, he visto en ellos como una experiencia de Dios es razón de un trabajo desinteresado a favor del Reino de Dios.
Animo a todos los jóvenes de nuestras parroquias, a mis compañeros del seminario y a los sacerdotes de nuestra Diócesis de Cartagena a superar las barreras de nuestros gustos y apetencias en este campo tan hermoso y a la vez tan complicado que es el de los jóvenes, y que podamos ser realmente una Iglesia diocesana, rica en dones y carismas, en busca de la unidad que anuncie a todos que Cristo nos ama y que quiere nuestra felicidad.
¡ÁNIMO JÓVENES, EL FUTURO ESTÁ EN NUESTRAS MANOS!
Fuente: http://www.delejucartagena.es/
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